Un espacio diáfano, abierto al mar. Bajo las hojas de parra, sobre la playa, una atmósfera desenfadada, con comida sencilla elaborada con producto fresco y de calidad. Un interior diáfano y acogedor, amenizado por una pincelada de color en sus paredes decoradas con un kilim Losanges que aporta tanto aislamiento natural absorbiendo el ruido, como un toque cálido que hace del lugar un rincón recomendable tanto para ir en pareja como con grupo de amigos.